Matej Mohoric sorprende a los favoritos y se lleva la Milán-San Remo

Matej Mohoric, en el Tour de Francia.
Matej Mohoric, campeón de Milán-San Remo, en el Col de la Loze durante el Tour.

El ganador del primer monumento del año no fue el esloveno que dominaba todas las carreras en las que había participado este año, Tadej Pogacar. Tampoco su compatriota y principal contrincante, ese Primoz Roglic que espera evadirse de la sombra del ciclista del UAE. No fue ninguno de ellos, pero sí fue un esloveno: Matej Mohoric.

El mejor bajador del pelotón mundial de ciclismo dio una lección de cómo descender por las faldas del Poggio di San Remo, se escapó de todos sus rivales y se proclamó campeón del primero de los cinco monumentos del año. Por detrás, sorprendió el tercer puesto de Mathieu van der Poel, que volvía a la competición tras su caída en los Juegos Olímpicos de Tokio.

Dos favoritos, ninguno lo consiguió

La Milán-San Remo cuenta siempre con una expectación especial. Antes de llegar a las emblemáticas carreras del norte de Europa —Tour de Flandes, París-Roubaix, Lieja-Bastogne-Lieja—, La Clasiccissima es el monumento que abre la temporada de monumentos. Cruzar primero la meta en Vía Roma bien justifica una carrera. Y los dos principales candidatos a llevarse dicho broche eran dos: Wout Van Aert y Tadej Pogacar.

Sin embargo, ninguno de los dos consiguió llevarse el gato al agua. Siempre se dice que la Milán-San Remo es la carrera más fácil de finalizar pero la más difícil de ganar, y el aforismo volvió a ganar sentido. El equipo de Van Aert tiró todo el día. Pogacar atacó allá donde pudo. Incluso van der Poel asomó como tercer candidato. Pero la victoria fue para el más listo (y más loco) de la clase: Matej Mohoric.

Las apuestas, con Van Aert y Pogacar

El éxito de Mohoric fue una sorpresa porque Pogacar y Van Aert llegaban como tiros a esta clásica de 300 kilómetros, que conecta Lombardía con la Liguria. El belga del Jumbo-Visma había dado sendos recitales en la Omloop Het Nieuwsblad, donde venció con una superioridad inusitada; y en la París-Niza, ejerciendo allí del gregario de lujo que es. El sábado 19 de marzo llegaba a Milán dispuesto a conseguir su segunda Clasiccissima.

Su principal rival parecía Tadej Pogacar, cuya ambición y su poderío no tiene límites. El esloveno, en lo que va de año, había ganado toda carrera en la que había participado. El UAE Tour, la Strade Bianche por las carreteras de tierra de la Toscana y la Tirreno-Adriático. De ganar en San Remo, a sus 23 años, el esloveno se hubiese hecho con su tercer monumento, una auténtica barbaridad.

Sin embargo, un compatriota apareció para fastidiarle el momento a Tadej. Y no fue Primoz Roglic.

El descenso suicida de Mohoric

Porque la Milán-San Remo es así, una caja de sorpresas. Y aunque el UAE Team Emirates de Pogacar tiró allá donde pudo —en la Cipressa primero, en el Poggio después—, aunque el esloveno atacó y reatacó en esa última colina previa a San Remo, la carrera no se rompió del todo. Ahí seguían todos los otros favoritos: Van Aert, Roglic, Kragh Andersen, Aranburu y, sobre todo, un van der Poel que asustó a propios y extraños con su primera carrera de los Juegos Olímpicos de Tokio.

Fue antes del siempre decisivo descenso del Poggio hacia la Vía Roma que Matej Mohoric cogió el liderato del grupo. Y ahí, el mejor bajador de pelotón mundial, dio comienzo a un descenso suicida hacia la meta. Derrapes, casi caídas y velocidad kamikaze mediante, el tercer esloveno en discordia logró cruzar en primer lugar la meta de la carrera tras 300 kilómetros de disputa. Por detrás, completando el podio, entraron Anthony Turgis y Mathieu van der Poel.

El Tour de Flandes y la París-Roubaix, en el objetivo

La Milán-San Remo marca el inicio de la primavera ciclista, el momento para los clasicómanos más importantes del pelotón. Y el mes de abril traerá las dos carreras de un día y monumentos más icónicos del año: el Tour de Flandes y la París-Roubaix. En ellas, los favoritos se repetirán respecto a los que ya lo fueron en San Remo.

Para Betfair, Wout van Aert y Mathieu van der Poel serán los favoritos para Flandes junto a Kasper Asgreen —los tres con cuotas en torno a los 5 euros—; aunque tras ellos ya aparece el nombre: Tadej Pogacar, en la que será su primera participación entre las colinas y adoquines de Flandes. La pareja de Van Aert y van der Poel también son los dos favoritos para el triunfo en el velódromo de Roubaix, acompañados en ese caso por Mads Pedersen.

Habrá que ver qué ocurre. En cualquier caso, solo una cosa está clara: el espectáculo no ha hecho más que comenzar.